Sabiñánigo, del ayer y el antaño
Sabiñánigo, su Historia
El municipio de Sabiñánigo se ubica en la depresión longitudinal que se intercala entre las sierras interiores y exteriores pirenaicas, próximas al cauce del río Gállego. Abarca valles diferentes y está conformado por 82 pueblos agregados, de los cuales 54 están habitados.
El término municipal tiene una extensión de 582.8 Km2 y una población de 10.000 habitantes, siendo la ciudad de Sabiñánigo quien ejerce la capitalidad municipal y comarcal.
Sus orígenes se remontan a la época de Augusto; se construyó una calzada romana que se dirigía a los ya célebres baños termales del actual Balneario de Panticosa. A raíz de este vial, se estableció hacia el siglo II d.C. una villa denominada Sabiniacum que con funciones militares se encargaba de vigilar el paso por la calzada y el mantenimiento de la misma. Un general romano llamado Calvisio Sabino, responsable de batallas de pacificación del Pirineo; se estableció en este enclave ,aportando así su nombre. El lugar se denominaría Sabiniacum.
A principios del siglo XI, y dentro del marco de la Corona de Aragón, se nos muestra con el nombre de Savignaneco. Hacia 1137, en plena época medieval, ya se cita la condición de villa de realengo, categoría que mantendría siglos después. Desde esta época el enclave gozaría de privilegios y no estaría subyugado a ningún señor particular. Sin embargo, ya en la época Moderna, perdió esta condición aventajada y parte de su desarrollo.
A final de la Edad Media, Fernando el Católico intervino en la zona para fijar los límites del término municipal de Sabiñánigo.
En el siglo XVI se describe a esta localidad como un pueblo pequeño con una veintena de casas que subsiste de la agricultura y ganadería. Esta situación se mantiene hasta finales del siglo XIX; la llegada del ferrocarril fue el punto de partida para el crecimiento y desarrollo industrial de Sabiñánigo.
Sabiñánigo Ayer
Sabiñánigo depende de la agricultura y ganadería hasta la llegada del siglo XX. En los comienzos de siglo se inicia el despegue de Sabiñánigo con la construcción de la estación de ferrocarril que va a suponer un cambio de rumbo de cara al futuro.
Inicialmente la estación ferroviaria se convirtió en el apeadero más próximo para llegar a los Baños de Panticosa, que en esa época gozaban de gran actividad y renombre. Así, comenzaron a surgir las primeras fondas y alojamientos para visitantes, al igual que líneas rudimentarias de transporte a base de carros.
Años más tarde la ubicación de Sabiñánigo y su conexión férrea llamaron la atención de las primeras industrias que acabarían instalándose (Energía e Industrias Aragonesas en 1918 y Aluminio Español en 1925). La proximidad de Francia por un lado y las centrales hidroeléctricas al pie del Pirineo, fueron los principales factores que propiciaron la llegada de la actividad industrial en la zona.
En 1952 se inaugura la fabrica Celulosas del Pirineo convirtiéndose en 1965 en fabrica de Fósforos del Pirineo. La expansión demográfica continúa a remolque del desarrollo industrial y a partir de los 60 se crean nuevas fábricas de producción y distribución de productos químicos-orgánicos y a final de siglo de productos farmacéuticos.
En el año 1900 la población de Sabiñánigo ascendía a 280 habitantes y fue aumentando progresivamente hasta mitad de siglo con un censo de 2.885 habitantes. En las décadas de los 50 a los 70 la población se triplicó hasta 8.608 habitantes, debido al éxodo rural de los pueblos de alrededor y su colocación en las fábricas de la localidad. A partir de 1970 hay un aumento sostenido e incluso estancado coincidente con el frenazo en la industrialización, hasta 9.917 habitantes que reduce a 8.295 en la última década del siglo.
Este municipio sufrió los desastres de la Guerra Civil, siendo testigo de enfrentamientos y bombardeos que sufrió la localidad. En la actualidad se pueden visitar trincheras localizadas en puntos estratégicos.